Retrato: El reto turco de Richard Janssen

No hace mucho que conocimos a Richard: un hiperpolíglota amante de la comida de Venlo, localidad de los Países Bajos. Después de habernos maravillado con sus habilidades lingüísticas, decidimos ponerlas a prueba con un test: aprender turco en un mes con Babbel. ¿Necesitas un resumen? Lee el artículo anterior que escribimos sobre Richard antes de […]
Richard

No hace mucho que conocimos a Richard: un hiperpolíglota amante de la comida de Venlo, localidad de los Países Bajos. Después de habernos maravillado con sus habilidades lingüísticas, decidimos ponerlas a prueba con un test: aprender turco en un mes con Babbel.

¿Necesitas un resumen? Lee el artículo anterior que escribimos sobre Richard antes de continuar leyendo. ¡Seguro que te sorprende!

La última vez que hablamos con Richard, quien se autodefine como un “fetichista lingüístico”, estaba a punto de empezar un viaje lingüístico con Babbel durante un mes. Le di 30 días para aprender lo suficiente como para poder sostener una conversación sobre negocios por teléfono en turco y, además, sorprender a su interlocutor. No fue un test controlado: la tarea de Richard consistía en hacer negocios con socios turcos, así que había tanto en juego como poco tiempo.

¿Cómo lo haría? Con Babbel y solo con Babbel. Esta parte fue un tanto abrumadora para Richard, ya que nunca había usado la app y su método habitual para aprender idiomas consistía en pasarse horas y horas en internet buscando el máximo de fuentes de aprendizaje posibles antes de empezar a construir un conocimiento significativo.

“Siempre pienso en el aprendizaje de idiomas como si se tratara de hornear un pastel”, explica el (también) bloguero de comida. “Lo primero que hago es reunir todos los ingredientes básicos para preparar la masa. Esto sería la gramática: las normas básicas de una lengua. Combínalo todo en una masa y tendrás la base para añadir el resto. Luego pienso en el vocabulario como si fuera el condimento. Ya tienes la base gramatical, así que puedes unir todas esas palabras para formar una frase o un pastel. En cuanto a los acentos, los modismos, el argot… serían la decoración, los toques finales”.

Palabras de un auténtico sibarita, Richard.

Como dice el dicho, “si funciona, no lo toques”, pero nosotros queríamos saber cuánto podía dar la talla Babbel en comparación con la metodología probada de alguien que aprende tantos idiomas. Richard tenía mucha curiosidad y, por suerte, estaba ansioso por empezar.

Y así lo hizo. Richard aprendió turco durante un mes entero con Babbel y luego le volví a llamar…

“Oye, ¿cómo ha ido?”

“Probablemente el turco es la lengua más difícil que jamás he aprendido”.
Empezamos bien…
“Pero creo que fue genial”, dice para tranquilizarme. “Me gustan los retos, así que sí, ¡me ha encantado!”

Me alivia oír esto, pero sigo ansioso por saber cómo ha ido exactamente. Vamos a definir “genial”.

“La pronunciación fue sencilla, no hay ningún sonido que sea muy extraño para mí. En cuanto a la gramática, la única cosa que no había visto nunca es la armonía vocálica, pero el modo en que lo explicaba Babbel y lo repetía en los ejercicios hizo que fuera bastante fácil al cabo de 30 días”.

Janssen“Ahora entiendo la armonía vocálica y también tengo los conocimientos básicos para comunicarme en turco”.
Fantástico. Por supuesto, la mejor parte de aprender un idioma es usarlo. Puesto que Richard tiene muchas oportunidades para hacerlo, tenía que saber cómo fueron sus llamadas con los hablantes nativos.

“No puedo tener una conversación larga y profunda sobre un tema demasiado complejo”, reconoce. “Pero cuando se trata de la vida cotidiana, no tengo ningún problema: tener una charla cordial es muy importante para construir una buena relación de negocios. Y creo que ayuda mucho. La gente estaba muy sorprendida de que pudieran hablar conmigo en su idioma, estaban muy contentos”.

“Creo que todo se reduce a demostrar interés ante una persona, su idioma y su cultura. Es una gran ventaja. Cuando les conté mi plan, estaban muy impresionados y me apoyaron muchísimo”.

¿Y cómo lo hizo Babbel?

Richard estaba sorprendido de cómo había sido su experiencia con Babbel. Según afirma, las explicaciones de gramática y la repetición de conceptos a través del sistema de repaso reflejan de cerca su método probado para aprender un idioma nuevo. Otra filosofía que Richard comparte con Babbel es la idea de que puedes aprender un idioma de manera efectiva sacando provecho de las lenguas que ya sabes. Tal y como confirmaría nuestro compañero Matthew Youlden, esto significa que cuantas más lenguas sepas, más fácil te será escoger otra.

“El turco es muy diferente a la mayoría de lenguas europeas”, explica. “Es una lengua aglutinante, es decir, se trata de un idioma que añade sufijos para construir nuevos significados. Por suerte, el húngaro también forma parte de esta categoría y estoy bastante familiarizado con este sistema. No me costó mucho trabajo.”

“La clave está en ser consciente de que cada lengua tiene algunas características y rasgos que serán fáciles y otros que no lo serán tanto. Cuáles son esas características y rasgos dependerá de lo que ya sepas. Por ejemplo, ahorré mucho tiempo cuando aprendí portugués porque comparte mucha gramática con el francés, el español y el italiano. Puedes usar esta comparación para hacer que el aprendizaje de idiomas sea mucho más rápido y simple”.

Aprender rápidamente: ¿lo puede hacer todo el mundo?

Reconozco que Richard que tiene un poco de ventaja respecto al resto de nosotros en este tipo de reto: hablar diez idiomas tiene que ser muy útil, ¿no? Seguramente debes pensar que tuvo un mes para dedicarlo solo a este proyecto: esto es muy poco realístico para la mayoría de la gente. Bueno, quizás no hablas diez idiomas aún, pero seguramente te podría sorprender la cantidad de tiempo que requiere avanzar rápidamente.

“Estuve muy ocupado con el trabajo y otras cosas”, afirma. “Pero intenté continuar durante un mes entero. Conseguí poner en práctica mis conocimientos de turco con Babbel casi todos los días”.

RJ¿Cuánto tiempo consiguió reservar para este estudio intensivo? “No más de 30 minutos en un día cualquiera. Hubo algunos días en los que no tuve nada de tiempo”.

Richard sabe que la constancia es la clave, pero también es importante tener una vida. Si te encierras durante horas y horas para estudiar al detalle la gramática, podrás conjugar muy bien los verbos irregulares, pero seguramente te darás cuenta de que no tendrás mucho de qué hablar. El aprendizaje de idiomas tiene que adaptarse en la vida cotidiana y tiene que ser útil: hablar con la gente es mucho mejor que memorizar tablas de conjugación.

En el caso de Richard, su día a día lo condujo a tener un contacto frecuente con hablantes nativos de turco. Pero no necesitas una conexión directa con el país donde se habla la lengua que has elegido para poner en práctica lo que has aprendido. Gracias a los milagros de internet y los presupuestos de las aerolíneas, cualquier comunidad de hablantes está al alcance de un solo clic. Y como dijo Richard, seguro que estarán encantados de que hayas decidido unirte a ellos.

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Samuel Dowd

Samuel Dowd pasó sus años de formación entre Reino Unido e Irlanda. Se graduó en Escultura y en Filosofía y Artes Temporales y trabaja como artista, cineasta, jardinero, escritor y, en Babbel, como redactor para inglés británico. Su pasión por todo aquello experimental (sea arquitectura o agricultura ecológica, pasando por la música y la poesia en varios idiomas) lo ha llevado a viajar por medio mundo. Vivió en Finlandia, Nueva Zelanda, Austria y Croacia antes de establecerse en Berlín en 2013. Ha traducido muchas obras literarias raras y maravillosas al inglés. Su nuevo desafío es aguantar la respiración bajo el agua sin pensar nada en ningún idioma el mayor tiempo posible.

Samuel Dowd pasó sus años de formación entre Reino Unido e Irlanda. Se graduó en Escultura y en Filosofía y Artes Temporales y trabaja como artista, cineasta, jardinero, escritor y, en Babbel, como redactor para inglés británico. Su pasión por todo aquello experimental (sea arquitectura o agricultura ecológica, pasando por la música y la poesia en varios idiomas) lo ha llevado a viajar por medio mundo. Vivió en Finlandia, Nueva Zelanda, Austria y Croacia antes de establecerse en Berlín en 2013. Ha traducido muchas obras literarias raras y maravillosas al inglés. Su nuevo desafío es aguantar la respiración bajo el agua sin pensar nada en ningún idioma el mayor tiempo posible.