Retrato: Babbel, braille y vacaciones en el lago. Regina es ciega y aprende italiano en línea

Nueva entrada en nuestra serie retratos de usuarios: aquí nuestros usuarios exponen sus experiencias a la hora de aprender idiomas. Si quieres contarnos tu historia, déjanos un comentario. En esta ocasión será Regina de Suiza, una mujer apasionada de los idiomas, la que nos cuente cómo aprende idiomas siendo ciega. Aunque no siempre es fácil, […]
Retratos

Nueva entrada en nuestra serie retratos de usuarios: aquí nuestros usuarios exponen sus experiencias a la hora de aprender idiomas. Si quieres contarnos tu historia, déjanos un comentario.

En esta ocasión será Regina de Suiza, una mujer apasionada de los idiomas, la que nos cuente cómo aprende idiomas siendo ciega. Aunque no siempre es fácil, le encanta aprender y tener la oportunidad de comunicarse con la gente cuando está de vacaciones. Las lenguas extranjeras son también una ventaja en su trabajo y por último, pero no menos importante, desea seguir descubriendo el mundo. Al respecto nos cuenta:

«Nací en Thun, una comuna suiza del cantón de Berna. Desde 2001 vivo en Dällikon, un pueblo al norte de la ciudad de Zúrich. Como empleada de la Schweizerischen Zentralverein für das Blindenwesen en Lenzburg, una organización que ayuda a las personas invidentes y con discapacidad visual, asesoro e imparto cursos en el ámbito del soporte técnico para ciegos. Como tengo que desplazarme para ir al trabajo y paso muchas horas en la carretera, disfruto también de estar en casa. Sin embargo, a mi futuro marido y a mí nos encanta irnos una o dos veces al año de vacaciones.

Hoy es el último día de nuestras fantásticas vacaciones en el Lago Mayor del Ticino en la Suiza italiana y acabo de terminar la primera parte del curso de italiano para principiantes de Babbel.  Para pedir y pagar bebidas en italiano, ha funcionado. En cualquier caso, la gente siempre se alegra cuando intento –lo mejor que puedo– comunicarme en su idioma y nunca me toman en cuenta los errores.

El alemán es mi lengua materna, pero también hablo francés, inglés y ahora aprendo italiano con Babbel. Como suiza alemana tuve que aprender francés en la escuela como primera lengua extranjera, aunque hubiera preferido empezar con el inglés. En realidad, no tengo ningún idioma preferido, pero me encanta el Kölsch, aunque (solo) se considere un dialecto.

¿Cómo aprendo un nuevo idioma? Intento repetir lo aprendido y sobre todo el vocabulario tan a menudo como me sea posible. Cada dos o tres días emprendo una nueva lección. Además, me gusta practicar mientras paseo, cuando cocino o hablo directamente con alguien en el idioma que estoy aprendiendo. También me comunico por carta, por e-mail, en papel o en audiocartas. Aunque al principio requiera dejar la vergüenza a un lado, me resulta mucho más fácil aprender poniendo en práctica los conocimientos.

En la escuela de negocios me tocó luchar a menudo con profesores que me consideraban una carga por ser ciega. Para poder utilizar el ordenador de forma independiente, utilizo un lector de pantalla que me lee la información a través de un sistema de síntesis de voz. Además en la parte inferior del teclado dispongo de un dispositivo braille, un aparato que permite la transformación del contenido de la pantalla en código braille. De esta forma, no tengo que esperar a que se lea el texto, sino que puedo leerlo activamente, algo  que es imprescindible en el aprendizaje de idiomas. A excepción de algún detalle, el aprendizaje de idiomas en la página web de Babbel funciona muy bien y disfruto mucho aprendiendo. Solo experimento algunas limitaciones en las tablas donde hay que insertar palabras. En el dispositivo que uso solo tengo una determinada parte de la pantalla bajo control (en mi caso 40 caracteres), por lo que requiere mucha concentración escribir la palabra correcta en el sitio correspondiente, lo que me genera errores que por comprensión de la lección, no hubiera cometido.

Solo utilizo Babbel con mi portátil, aunque me gustaría mucho utilizar las aplicaciones en el iPhone o en mi Apple Watch, así podría repasar mi vocabulario en el camino al trabajo.  Lamentablemente, las aplicaciones móviles no están adaptadas, por lo que no puedo utilizarlas o me funcionan mal cuando lo hago. El aprendizaje en sí no me resulta difícil, soy una persona muy curiosa y quiero aprovechar mi tiempo en este planeta al máximo. No obstante, algún obstáculo sí que encuentro, ya que la mayoría de los materiales de enseñanza, cursos o entrenadores de vocabulario no son accesibles para personas con discapacidad visual. Los diseñadores web y desarrolladores de software a menudo no prestan atención a la creación de un diseño accesible y sin barreras.

Los cursos de idiomas en formato libro puedo escanearlos y transformar el contenido con un programa especial en textos legibles, lo que siempre me genera al día siguiente unas buenas agujetas (mi último curso de idiomas tenía más de 300 páginas). Y los cursos de idiomas en televisión están muy bien hechos, pero quedo excluida en los ejercicios donde las palabras para pronunciar solo aparecen en la pantalla. A menudo te encuentras cosas como: “¿Qué ves en la pantalla?” (Gracioso, ¿no?) Con Babbel, sin embargo, aprender italiano me resulta muy divertido y seguro que voy a seguir haciéndolo. Quién sabe, quizá en las próximas vacaciones ya pueda mantener una conversación de verdad con un italiano o italiana».

Compartir: